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Él es Pedro, y el 90% de sus clientes vienen de Nextdoor

Written by JoanaCaminal

Pedro vive en el barrio del Baix Guinardó, en Barcelona. Nació en Uruguay, pero fue a vivir a Argentina, y allí se dedicaba a la restauración de muebles. Tenía una tienda, con cafetería y taller, junto a su mujer, María. En 2017 decidieron mudarse a Barcelona, en busca de un cambio de aires. Ahora, poco a poco, Pedro se está tejiendo una nueva red de clientes, y ha empezado con Nextdoor. Su primera clienta vino de una publicación que hizo en la plataforma ofreciendo sus servicios, y las recomendaciones han ido en aumento en su barrio y barrios cercanos. ¡Aquí su historia!

  • ¿De dónde eres, cuántos años tienes y dónde vives ahora?

Soy de Uruguay y tengo 39 años. Vivía en Rosario (Argentina), con mi mujer, Maria. Allí teníamos una tienda de restauración de muebles vintage, que tenía taller, y café. Era un lugar idílico, muy bonito, muy cálido. Pero la vida que teníamos allí era de trabajar demasiado, y decidimos cambiar de aires, e ir a un sitio “más tranquilo” donde no tuviéramos tanta inseguridad. El taller en Argentina se lo dejamos a mi cuñado. Habíamos ido a Barcelona en 2016 como turistas, nos enamoró. Y en 2017 decidimos coger un vuelo sin regreso, y desde entonces estamos aquí. Primero en el barrio del Clot, y ahora en el Baix Guinardó. 

  • ¿Cómo conociste Nextdoor?

Lo conocí en junio de este año, tengo un amigo que vive cerca de mi casa, que me dijo que me registrara en mi barrio, porque siempre veía a personas que necesitaban arreglar cosas de casa, y que yo les podría dar servicio. 

  • ¿A qué te dedicas y cómo Nextdoor te ayuda? 

Yo siempre fui autodidacta, desde pequeño me interesó saber restaurar y arreglar muebles, y eso llevó a otras cosas como arreglar aparatos electrónicos, paredes, pavimentos, sistemas eléctricos. Me gusta, me gusta trabajar con mis manos. Y quiero volver a dedicarme a ello. En Argentina, empezamos de la misma forma que aquí: con los vecinos, pero sin Nextdoor. Empecé tapizando las sillas de la abuela de mi mujer, luego las de los vecinos. Aprendí por youtube, y lo sigo haciendo. Me gusta ser detallista, minucioso y curioso. Y he convertido eso, que era mi hobby, en mi trabajo.

Poco a poco, quiero emprender algo similar a lo que tenía en Argentina. Por el camino, estoy creando mi clientela, y lo hago gracias a Nextdoor. Con sólo mi primera publicación en la plataforma, esa publicación desencadenó en una consulta de una vecina, y eso acabó siendo mi primer trabajo. Y la vecina, que nos contactamos por Nextdoor, resultó ser de mi mismo bloque. Y así he ido haciendo, ella me recomendó a otra, y aquella a otra, y así. Puedo decir que a día de hoy, el 90% de mis trabajos vienen a través de Nextdoor. Hago carpintería, restauración de muebles, pintura, lampista…

Entre vecinos se recomiendan, y esto es genial. Por otro lado, como en el barrio, en Nextdoor, puedo ver lo que los vecinos publican cuando necesitan algo así, yo les comento directamente y ofrezco mis servicios. 

La verdad es que va muy bien, estoy muy contento, y no sólo por recibir clientes y poder, poco a poco, construir mi nuevo negocio. Va bien también porque crea relaciones de confianza, cercanas. Yo con mis vecinos y vecinas me llevo muy bien, y ya no sólo es ir a sus casas y arreglarles lo que necesiten, sino que es un poco entrar en sus vidas. Nos conocemos, sabemos que podemos contar los unos con los otros, para esa ocasión en concreto y para futuras que pueden venir. 

Además, me centro en mi barrio, pero las recomendaciones entre vecinos ya han empezado a traspasar fronteras y estoy llegando a otros distritos. El otro día tuve unos clientes en Sant Andreu. Y otra cosa más: Nextdoor me ha permitido conocer a Alan, un vecino, pintor. Nos vamos a asociar y vamos a crear el negocio juntos. 

  • ¿Cuál es tu opinión sobre Nextdoor?

Es muy versátil, en todos los sentidos. Hay gente para ayudar, ves acciones sociales, de caridad, y de integración todos los días. Destacaría, por encima de otras plataformas, el valor humano, en todo. Es su contenido, el contexto general en la que está hecha. No es una plataforma basada en el ego, ni en el contenido aspiracional o intangible. Es una plataforma basada en la vida real. Es familiar, sólida, cercana. Es realismo inmediato. Tiene un público muy distinto a las otras, aquí en Nextdoor no quieres que se te vea porque sí. Quieres que te vean porque ofreces ayuda, o porque la necesitas. 

Además, conoces a gente de verdad. En otras, puedes seguir a alguien toda la vida, pero no lo conocerás jamás. Aquí en menos de 24h, puedes conocer a ese vecino que te ha pedido consejo. Amplias tu red de contactos próximos, de confianza. 

  • ¿Qué opinas sobre esta ola de consumismo que viene a partir del Black Friday?

Mi público está alejado del fenómeno IKEA. De comprar y tirar, de comprar y comprar. Debemos valorar lo que tenemos, y a los muebles, siempre se les puede dar otra vida. La madera es algo vivo, te permite darle forma, color y sentimiento distinto siempre que quieres. Ahora mismo, en general, estamos en un estado de consumo masivo, descontrolado. Y todos los excesos son malos. Hay que buscar el balance, y la alternativa. Y por supuesto, mirar a lo local. Yo soy más de dejar de consumir y acumular, porque todo lo que hacemos ahora tiene un impacto en el futuro. Todo lo que podemos recuperar, modificar, restaurar, hace que la rueda frene un poco. Ahora bien, no todas las personas saben que un mueble se puede restaurar, ni todas le dan el valor que tiene. Hay que darle visibilidad a ese tema, explicar cómo se hace, y dejar que la gente encuentre soluciones de este tipo cerca de su casa. Y para eso, Nextdoor es ideal. 

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